Investigadores de los Centros Oceanográficos de Málaga y Murcia del Instituto Español de Oceanografía (IEO) han publicado un trabajo en el que, por primera vez, han demostrado que la alimentación de los atunes rojos (Thunnus thynnus) puede verse reflejada en la relación de isótopos de carbono y nitrógeno que tienen sus larvas y sus huevos. El experimento se realizó en la Planta Experimental de Cultivos Marinos de Mazarrón, donde el IEO investiga desde hace años sobre la domesticación del atún rojo.
El objetivo del experimento era determinar cómo la alimentación de los atunes se transfiere a través de la madre a las larvas y cómo esa huella, reflejada en la composición de isótopos, evoluciona a lo largo del desarrollo de las larvas.
Según explicó Raúl Laiz, investigador del Centro Oceanográfico de Málaga del IEO y uno de los autores del trabajo: “Este hallazgo es de gran importancia, no solo para ayudar a comprender la ecología trófica de las larvas de atún rojo en su hábitat natural, sino también por la información que aporta sobre la condición nutricional de su stock reproductor”.