El cambio climático es ineludible y para luchar contra él es fundamental realizar una transición energética hacia un nuevo sistema energético no dependiente de fuentes fósiles, como es el caso de la energía eólica. La Comisión Europea presentó este mes de octubre el ‘European Wind Power Action Plan’ en colaboración con la industria eólica europea y los Estados miembro y, por primera vez, la eólica y su cadena de valor aparecen como vectores indispensables para la transición energética y para la autonomía industrial y tecnológica de Europa.
España, como otros países de nuestro entorno, está comprometida en esta lucha contra el cambio climático y en busca de una transición energética se ha convertido en líder en energía eólica. Desde Bornay, su CEO, Juan de Dios, aplaude esta medida: “Este plan recientemente aprobado en la UE es un importante impulso al sector eólico y es un respaldo para alcanzar los objetivos de desarrollo de eólica en España en materia de clima y energía para 2030 y luchar contra el efecto invernadero”.
El sector de las energías renovables dio empleo a 13,7 millones de personas en 2022 a nivel mundial, según la consultora Statista. La energía solar fotovoltaica encabezó la generación de empleo el año pasado, con 4,9 millones de puestos de trabajo, mientras que la energía eólica dio trabajo a 1,4 millones de personas situándose la cuarta de la lista, por detrás del sector de bionergética y de hidroeléctrica.
Minieólica para la transición energética
La energía eólica, obtenida a través del aprovechamiento del viento, ha demostrado ser una alternativa eficiente y respetuosa con el medio ambiente para generar electricidad. Si se establecen las medidas necesarias, en 2030, la energía eólica contaría con una potencia instalada aproximadamente de 40.000 MW, que generaría más de un 30% de la electricidad en España lo que representaría importantes beneficios para el país en su conjunto, tanto a nivel energético como ocupacional.
La seguridad energética española mejoraría al reducirse las importaciones de combustibles fósiles en alrededor de 18 millones de toneladas equivalentes de petróleo; supondría unos 29.000 empleos más en el sector eólico; la aportación al PIB sería de más de 4.000 millones de euros y se evitaría la emisión de 47 millones de toneladas de CO2.
Actualmente, la eólica supone casi el 30% de la energía renovable que se consume en España, si bien es cierto que la mayoría está generada en grandes campos eólicos, también podemos contribuir a la transición energética desde muchos hogares, instalando una minieólica. Esto es posible gracias a los aerogeneradores domésticos de Bornay ya que su tamaño se adapta a las viviendas y se pueden instalar en casas aisladas y en industrias y, junto con la fotovoltaica, conseguir ser, incluso, autosuficientes energéticamente hablando. “Con la energía minieólica todos podemos contribuir a la transición energética, podemos descender la huella de carbono de nuestros hogares y mejorar el medio ambiente”, puntualiza Juan de Dios Bornay.
La instalación de un sistema de minieólica en un hogar puede implicar una inversión inicial considerable, que varía según el tamaño del sistema y la ubicación geográfica, sin embargo, el ahorro en la factura de electricidad puede compensar estos costes en pocos años. Casi todas las áreas, excepto los núcleos urbanos, son adecuadas para la instalación de energía eólica en casa, aunque es necesario realizar un estudio de viabilidad para determinar la velocidad del viento, la ubicación óptima y las restricciones legales y de planificación urbanística.