El WindWhisper Racing Team ha ganado la última etapa de The Ocean Race VO65 Sprint en Genova, superando al resto de la flota por una diferencia enorme.
El barco polaco cruzó la meta con solo seis nudos de viento a las 10:27:52 UTC, con un tiempo total en la etapa de 10 días, 23 horas, 17 minutos y 52 segundos. Al resto de la flota aún le quedan más de 100 millas náuticas con vientos muy suaves, por lo que el WindWhisper podría ganar la etapa de La Haya a Génova por más de 18 horas de ventaja.
El vídeo de la llegada está aquí
Dado que el patrón Pablo Arrarte (ESP) no pudo participar en la última etapa, Daryl Wislang (NZL), que ya sabe lo que es ganar The Ocean Race, asumiera el papel de patrón. “Es una sensación increíble llegar aquí, muy feliz por ser parte del equipo, y tuve la suerte de tomar las riendas en la última etapa”.
A pesar de que tenían una gran ventaja entrando en el Mediterráneo, la voluble naturaleza del viento impidió que Wislang y su tripulación pudieran dormirse en los laureles. “El mayor desafío es tratar de cubrir a alguien que va tan por detrás, porque los otros barcos tenían un clima completamente diferente. Al final, decidimos que no podíamos cubrirlos y elegimos navegar de la manera más rápida posible hasta la meta. No había opción de volver a la costa con el resto de barcos”.
La responsabilidad de tomar unas decisiones tan importantes siempre recae en el navegante, por lo que Aksel Magdahl (NOR) merece mucho crédito por sus valientes decisiones en el campo de regatas. “Tuvimos que tomar una difícil decisión en el Mediterráneo porque los otros barcos estaban más de 100 millas atrás”, dijo Magdahl, que optó por seguir mirando hacia adelante en lugar de jugar una estrategia más defensiva y cubrir a sus rivales. “Decidimos ir hacia la costa de Argelia para tomar la ruta más rápida. Pensamos que la otra opción de cubrir a los otros barcos sería lenta para nosotros. Así que optamos por lo que pensamos que era nuestra opción más rápida y nos funcionó bien”.
Magdahl también ha ganado el galardón al mejor navegante, el Premio Vasco da Gama de la Fundación Mirpuri por ser el primer barco en pasar la línea de 37 grados de latitud norte. Ello se debió en gran parte a una muy buena decisión para separarse de la flota en el Canal de la Mancha, una táctica que el patrón Pablo Arrarte había estado observando con gran interés desde tierra al no poder hacer esta etapa a bordo del barco. “El equipo tomó una gran decisión estratégica. La flota tenía poca presión y venía una gran presión por delante, y se quedaron más al norte con lo que la gran presión los alcanzó primero. Ese fue el momento clave para separarse de la flota”.
A partir de ahí, el equipo nunca miró hacia atrás y se adentró en el Estrecho de Gibraltar con una saludable ventaja. Para Phil Harmer (AUS), la victoria es muy especial ya que ha coincidido con su 44 cumpleaños. El dos veces ganador de la regata se mostró satisfecho de estar de nuevo a bordo del VO65 y de haber cruzado el Estrecho de Gibraltar de noche, evitando así a las orcas que prestaron demasiada atención a algunos VO65. “Creo que las orcas estaban dormidas cuando pasamos por el Estrecho”, ríe. “Pasamos de forma sigilosa, logramos esquivarlas y tuvimos suerte de salir ilesos”.
La tripulante Liz Wardley tiene una conexión especial con este VO65 en particular, ya que dirigió el refit de cinco meses del barco que ya había capitaneado anteriormente cuando era del Team AkzoNobel. “Es increíble estar aquí. Teníamos una gran ventaja en el Mediterráneo y siempre existía la opción de que los demás pudieran atraparnos, por lo que ha sido estresante. Hicimos bien la etapa uno, hicimos bien la etapa dos, y ahora ganar la etapa tres por más de cien millas es genial. Y también terminamos por delante de los IMOCA, por lo que ha sido una doble victoria”.