La XXIX Regata Illes Balears Clàssics / Vela Clásica Mallorca, una de las regatas más importantes del circuito de vela clásica del Mediterráneo, se ha celebrado en plena temporada alta en la isla de Mallorca, organizada por el Club de Mar-Mallorca.
El Club de Mar-Mallorca, situado en la bahía de Palma y con más de 50 años de historia, reunió entre el 14 y el 18 de agosto a un selecto grupo de los barcos más emblemáticos de las categorías «Barcos de Época», anteriores a 1950, y «Barcos Clásicos», anteriores a 1975. Como complemento al programa estrictamente deportivo, el Club de Mar había preparado un agradable espacio de acogida con varios actos sociales y culturales. Las pruebas se celebraron en la bahía de Palma, reconocida como uno de los mejores campos de regatas del mundo.
El Club de Mar-Mallorca está considerado uno de los más importantes del Mediterráneo por sus actividades, número y capacidad de amarres, y la calidad de sus instalaciones. Actualmente se encuentra en proceso de remodelación total, incluido en una serie de actuaciones urbanísticas de mejora en la zona. Sin embargo, el club palmesano no ha abandonado sus actividades deportivas ni sus escuelas de vela, piragüismo y Stand Up Paddle (SUP), situadas en la emblemática dársena de Can Barbarà.
Una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), protagonista de la XXIX Regata Illes Balears Clàssics / Vela Clásica Mallorca
A pesar de que una DANA que ha afectado duramente a las Islas Baleares durante días con trayectorias erráticas que hacían imposible predecir el tiempo, el comité que dirigía Ines Cabrer ha podido montar recorridos y celebrar pruebas durante de los cuatro días programados para ello.
Las Regatas
El primer día de regata, la flota permaneció amarrada con el beneplácito de la organización, armadores y tripulantes, debido a que se preveían condiciones muy duras, por encima de lo aconsejable para que estas joyas del mar pudiesen navegar en condiciones aceptables. El resto de las jornadas ofrecieron un poco de todo: el sol se alternaba con nubes y el viento, motor de la vela, se mostró muy esquivo tanto en intensidad como en dirección, lo que complicó mucho al comité para montar los campos de regatas. Finalmente, se pudieron celebrar tres pruebas, una cada día, que definieron a los ganadores finales. La emoción de no haber un favorito claro se mantuvo hasta la última prueba, con empates y continuos cambios de líder en las diferentes clases, que en algunos casos no definieron al vencedor hasta el último tramo.
El «Argos» gana la clasificación absoluta y su clase
La victoria absoluta en la regata ha estado muy disputada pues Argos y Calima estaban empatados a puntos, cinco, en sus respectivos grupos y habían conseguido el mísmo número de primeros puestos, dos cada uno. Finalmente, la mayor antigüedad del Argos (1964), le ha otorgado el triunfo final frente al Calima (1970).
En la división de «Clásicos», el «Argos» de Bárbara Trilling, un Holman & Pye de 1964 del New York YC, fue el que se llevó en última instancia el primer puesto, seguido del Spakman & Stephens «Clarionet» de 1966 y, en tercer lugar, el Illingsworth & Primrose «Mowgli» de 1965.
En el grupo «Época Bermudian», el «Sonata», un Alden de 1937 de Jordi Cabau con grímpola del CM Mahón, fue el mejor, seguido del «Comet» (Olin Stephens) de 1946 y el «Manitú», también diseño de Olin Stephens.
El recién reformado «Rowdy», diseño de Nathaniel Herreshoff y construido por la Herreshoff Manufacturing Company en 1916, no tuvo oposición, ganando las dos pruebas que completó la clase «Época Cangreja», seguido del «Gipsy» (Colin Archer) de 1927 y el «Bon-Temps» (Pere Nicolau) de 1926. El clase NY40 ha vuelto a su aparejo original de vela cangreja, al igual que su gemelo «Chinook».
El «Calima» (Spakman & Stephens) de Patxi Rivero, timoneado por Jaime Rodríguez Toubes, tuvo que esforzarse para remontar y llevarse la clase «RI Clásicos», enfrentándose a la oposición del Holman «Micanga» y el Sean McMillan «Legolas», que ocuparon la 2ª y 3ª posición, respectivamente.
Como premios especiales, el «Bon-Temps» recibió el Trofeo Femenino por tener el mayor porcentaje de tripulación femenina, y el «Baruna of 1938» fue galardonado con el premio Leyendas del Mar por su fidelidad al espíritu de la vela clásica.
A pesar de lo inusual del tiempo, prevaleció el singular espíritu de las regatas de vela clásica, la navegación entendida como un arte, la elegancia, estilo y el olor a la madera y barniz de estos barcos que en algunos casos superan los 100 años y que los armadores se vuelcan en su mantenimiento y conservación sin escatimar en recursos para tenerlos siempre a punto.
El Club de Mar- Mallorca ya está preparando la XXX edición de la Illes Balears Clàssics / Vela Clásica Mallorca, que coincidirá con la inauguración de las que se presumen excelentes nuevas instalaciones de este carismático club balear.
Luis Fernandez