El aventurero español desea convertirse en la primera persona en cruzar a remo y en solitario los 3.000 Km que separan Punta Arenas (Chile) de Georgia del Sur (Antártida). Unas 600 millas náuticas en el lugar de navegación más extremo del planeta.
Los primeros días de la travesía no le están poniendo las cosas fáciles a Antonio de la Rosa, que ha visto como el tiempo empeoraba, con vientos de más de 100 km/h y olas que -sólo empezar- han tratado de volcar su embarcación en distintas ocasiones. Según Antonio de la Rosa, ¨el tercer día, con esos vientos de 40 nudos se movía todo. ¿Qué será con 80 nudos? Pero, la verdad, que la embarcación se comporta de maravilla, está muy bien preparada. Llegué a tumbar dos veces, no he llegado a voltear pero hice una tumbada de 90o de la fuerza del golpe de la ola, el barco se auto-direcciona en apenas 2 o 3 segundos. No te da tiempo más que para llevarte un gran susto”.
De la Rosa rema a contracorriente y en solitario en un mar roto, en dirección sureste y a una velocidad de entre 1 y 2 nudos. Estos primeros ha tenido que remar contra corrientes de más de 2 nudos (3 km/hora) y, lo peor, que van en dirección contraria a los vientos y que le han empujado en dirección noroeste. Ello ha supuesto hasta cuatro horas de marcha atrás, que el aventurero ha tenido que recuperar a remo. “Pensaba que las corrientes serían más favorables pero no ha sido así”, reconoce de la Rosa.
De este primer tramo de la Rosa destaca: “He dormido muy poco. El día que más, unas cuatro horas a intervalos de una hora. Mi cuerpo es como un reloj y cada hora me despierto para chequear la dirección”. Y, añade: “Me siento como siempre, con energía, físicamente bien, aunque me duele todo, sobre todo las manos. Muchísimo. Al final han sido muchas horas de remos, entre 20 y 22 horas los primeros días y, ahora, 15 al día. Y, aunque llevo guantes son muchas horas tirando de los remos”.
Pistachos por su proteína completa y alto poder antioxidante
En cuanto a la alimentación, Antonio de la Rosa reconoce que está comiendo poco. Los dos primeros días tomó una comida diaria caliente de las tres que lleva y pistachos americanos, por tratarse de la única proteína completa de origen vegetal que puede tomarse cruda, con alto valor antioxidante y que facilita la recuperación tras el esfuerzo físico. “Estoy ingeriendo la mitad de las raciones, unas 2000 calorías diarias en vez de las 4000, pero no noto que necesite más. Será porque se me está ralentizando el metabolismo cada año”.